El legislador Jorge Lechman, a través de su cuenta de X, cuestionó expresiones como “se van a golpear” y “empresarios rancios”, a las que calificó de terminología amenazante. También advirtió que desde 2019 el gobierno provincial sostiene un modelo empobrecedor que redujo la capacidad productiva y dejó a más de la mitad de la población bajo la línea de pobreza.
Ushuaia.- El parlamentario Jorge Lechman utilizó su cuenta oficial de X para marcar un límite al discurso político cargado de hostilidad. Según afirmó, expresiones como “se van a golpear” o el calificativo de “empresarios rancios” cruzan la frontera de la crítica legítima y buscan instalar un tono de amenaza en el debate público.
“Terminología hostil, amenazante. ¿Qué les quiere decir a sus adversarios políticos con el término ‘se van a golpear’ o ‘empresarios rancios’ a las diferentes cámaras empresariales? Nada sorprende de quien se mantiene unido a marginales y delincuentes”, escribió el legislador.
Si bien no señaló destinatarios de manera directa, sus palabras podrían estar vinculadas a las calificaciones que el primer mandatario provincial utilizó en declaraciones públicas cuando se refirió a un sector empresarial como “rancio”.
Lechman remarcó que la única realidad concreta es la de un gobierno provincial que, desde 2019, se consolidó sobre un modelo empobrecedor. Señaló que hoy la administración pública está atada a un sistema que condena a sus trabajadores a salarios que rondan entre 600.000 y 700.000 pesos, mientras el presupuesto 2026 destina más de la mitad de sus recursos a asistencia social. “Lo presentan como un gran logro, cuando en realidad les tendría que dar vergüenza, porque no fueron capaces de crear empleo genuino desde 2019 hasta el día de hoy. Lo único que hicieron fue condenar a los empleados públicos y al sector privado —que es el productivo— a padecer la falta de una política seria y responsable proyectada a largo plazo”, subrayó.
Finalmente, el legislador reiteró que la democracia no se sostiene en la intimidación ni en la descalificación: “El lenguaje político no puede estar sostenido en la amenaza ni en el agravio, porque eso no construye consensos ni soluciones. La democracia necesita responsabilidad en el uso de la palabra”.