El director de la consultora Ecotono, Federico Rayes, analizó el proyecto de presupuesto presentado por el Gobierno provincial y lo calificó como un presupuesto “de supervivencia”, donde el gasto está puesto en su mayoría en el pago de salarios y funcionamiento. Esa supervivencia se apoya en el financiamiento de corto plazo de las Letras, la toma de endeudamiento y la deuda flotante con los proveedores, que tendrán que esperar para cobrar. Si bien no están llegando fondos extraordinarios, el analista advirtió que Tierra del Fuego es la que recibe mayor coparticipación per cápita, con más de 300 mil pesos por habitante por mes. “Los recursos de Tierra del Fuego son bien abundantes y eso hay que decirlo”, expresó, por lo cual el desafío para la gestión Melella es “administrar bien y generar recursos”, con la ampliación y diversificación de la producción. Adelantó un frente de tormenta con los municipios por el recorte del 7% para salud, previo a la coparticipación municipal. También hizo un análisis del contexto nacional, con una incidencia importante del proceso eleccionario en la economía.
Río Grande.- El director de la consultora Ecotono, Federico Rayes, analizó por FM Origen el proyecto de presupuesto 2026 presentado a la Legislatura por el gobierno provincial y planteó que los ingresos por coparticipación siguen siendo los más altos per cápita de todo el país, a la vez que anticipó un punto de conflicto por el recorte a los municipios de un 7% que se destinará a prestaciones de salud.
“Como el año pasado, es un presupuesto de supervivencia, totalmente escueto, con grandes gastos corrientes en todos los niveles institucionales. En algunos casos la administración central destina el 55% de su presupuesto a pagar salarios y sólo un 2% a obras; en los organismos descentralizados un 45% va a salarios y un 20% a obras. Nuevamente es un presupuesto deficitario, que se apoya muy fuertemente en tres cuestiones para sobrevivir: una es el financiamiento de corto plazo de las Letras, porque se prevé un financiamiento de 30 mil millones para ir moviendo la operatoria dentro del año; después se prevé un endeudamiento de otros 30 mil millones para obras, que va a ser pagadero en las gestiones sucesivas; y luego se ve que nuevamente van a financiarse con proveedores, porque hay una previsión de 100 mil millones de pesos de mantener deuda flotante, que es justamente la deuda que hay que ir pagando a proveedores”, detalló.
“Hay algunos esfuerzos en gastos de capital con algunas obras previstas en el presupuesto, pero nada más que eso. Incluso se prevén algunas autorizaciones extraordinarias al Poder Ejecutivo para poder renegociar parte de las obras que están en curso, pero no hay más que eso”, señaló.
Si bien no están llegando fondos extraordinarios del gobierno nacional, advirtió que la provincia es la que más coparticipación recibe por habitante y son fondos más que “abundantes”. “Tierra del Fuego es la provincia que más recursos recibe de nación por habitante. Actualmente recibe aproximadamente 300 mil pesos por habitante por mes e incluso un poco más, que son los recursos de coparticipación federal. Esos recursos siguen llegando y la provincia se fondea hasta en un 60% de esos recursos de coparticipación federal. Hay recursos específicos para educación, para energía, para salud, y más del 90% son recursos de libre disponibilidad”, dijo.
“Lo que el gobierno nacional ha cortado y maneja de manera discrecional son los recursos extraordinarios por fuera de la coparticipación federal, como los ATN. Todos esos recursos han desaparecido o se manejan discrecionalmente, como en todos los gobiernos. No obstante ello, Tierra del Fuego es la provincia más beneficiada per cápita de los recursos que envía la nación y la premisa del gobierno nacional es que las provincias comiencen a administrar bien los recursos y a generar recursos propios”, sostuvo.
“Los recursos de Tierra del Fuego son bien abundantes y eso hay que decirlo. Evidentemente hay un desafío para la administración provincial de comenzar a generar recursos, o cobrando más impuestos, o generando una base más grande de contribuyentes. Para eso hay que generar mayor actividad económica y productiva, con la famosa diversificación de la matriz productiva”, indicó.
Concedió que “en este momento económico es muy difícil que se genere la inversión, con tasas de interés del 60%. La gente prefiere poner la plata en el banco antes que comprar una máquina. Todo eso está en juego y son tensiones que se viven en lo macro, lo micro, lo nacional y lo provincial. Gran parte de las soluciones comienzan a estar con una macro ordenada pero también con un replanteo total de los regímenes laboral y tributario de nuestra Argentina”, expresó sobre dos reformas pendientes prometidas por el Gobierno nacional.
Recorte a los municipios
El analista adelantó un nuevo conflicto entre provincia y municipios por el fondo para salud, que prevé detraer el 7% de la coparticipación antes de las transferencias a los municipios. “Hay un artículo particular que está en relación con el fondeo de la salud, que es un fondeo que se utiliza para pagar asistencias de salud a las personas que no tienen seguridad social ni cobertura médica. En términos generales la ley preveía que ese fondeo se hiciera con aportes del tesoro nacional y aportes del tesoro provincial. En este proyecto de ley de presupuesto se está previendo concretamente que un 7% de esos recursos vayan directamente al fondeo, antes de repartirlo a los municipios. Ahí va a haber una disputa, porque ahora esos fondos van a ser administrados por la provincia para cubrir las necesidades de salud y son recursos que ya no van a estar llegando de manera directa a los municipios”, aseguró.
El escenario nacional
Con respecto al panorama económico del país, expuso la alta incidencia en la economía del proceso electoral. “El escenario está complejo, si bien nunca estuvo fácil. Desde mayo de 2024 hasta principios del año en curso, las cosas fueron para arriba, aumentó la actividad económica, empezó a demandarse más dinero y empezaron a crecer los salarios reales. Hubo un muy buen escenario de cosecha gruesa, que permitió reactivar el principal ingreso de dólares a la economía, se renegoció con el FMI y salió bien, se logró un esquema monetario y cambiario que estaba casi agotado y esa transición resultó buena, sin grandes shocks”, describió.
“Pero llegó un punto donde el escenario está muy tensionado. Está claro que gran parte de esas tensiones están vinculadas con el año electoral, que llegan a la economía. En ningún lado a la economía le gustan los vaivenes de la política y que cambie 180 grados en una elección, porque eso quita previsibilidad y genera incertidumbre en los escenarios futuros. Toda esa tensión de la política se está transmitiendo a la economía, que de por sí tiene un escenario complejo. Todavía existen enormes desórdenes acumulados en la economía argentina, hay dificultades para acumular reservas, procesos de inflación con grandes inercias, problemas estructurales que impiden una mejora en la producción y en la empleabilidad”, explicó.
“Esto, sumado al escenario de inestabilidad política, genera que lo que estaba más o menos acomodado empiece a generar pequeñas explosiones por todos lados. El gobierno nacional tuvo que abandonar un montón de premisas que venía manteniendo y comenzó a ser más desprolijo. Está cometiendo errores que va tratando de salvar con otras jugadas apresuradas que lo llevan a cometer otros errores”, alertó.
“Hay cambios económicos que evidentemente se están necesitando y la pregunta es cómo van a realizar esos cambios si los resultados electorales son malos, en un contexto político adverso”, observó sobre las reformas laboral y tributaria fundamentalmente.
“Los mercados votan todos los días y detrás de ellos hay personas que deciden hacer inversiones. Como todas las personas, hay expectativas y todos se preguntan qué va a pasar en la elección y cómo va a reaccionar el gobierno. Las personas detrás de los mercados ya tienen esas expectativas y actúan hoy en función de ellas. En esta oportunidad los mercados están llegando vendidos y todo el año 2025 está siendo muy negativo para los mercados, particularmente el MERVAL, donde cotizan las acciones de las empresas argentinas. Vienen con mucha pérdida desde enero a la actualidad y todos se están desprendiendo de activos. Esto impacta en los bonos soberanos de Argentina que han bajado mucho su cotización y eso hace que suba el riesgo país”, indicó.
Respecto de si fue acertada o no la salida del cepo, a la luz de la suba del dólar, opinó que “la salida del cepo era una promesa de campaña y el gobierno decidió un cambio de política cambiaria. En ese momento la Argentina necesitaba un cambio. Si me preguntaban hace tres o cuatro meses si estuvo bien salir del cepo, era claro que la jugada le había salido bien al gobierno. La salida estuvo bien porque le ayudó al gobierno en su pulseada política ir generando conquistas. Pero el gobierno comenzó a cometer un error un poco más adelante al comenzar a intervenir con mucha fuerza. Todos sabíamos que en la segunda mitad del año el dólar iba a subir, porque terminaba la liquidación fuerte del agro y además venía la inestabilidad política de cara a la elección. Yo hubiese evitado que el gobierno se pusiese tan duro en evitar el alza. La mayoría de los países tienen miedo a flotar porque la inestabilidad del dólar genera muchas repercusiones en la economía. Tiene un sentido buscar un control del tipo de cambio, pero hubiese preferido un acompañamiento progresivo hacia un tipo de cambio más alto. El gobierno evidentemente optó por otro camino, con mayor intervención y con políticas erráticas, porque en un momento se dijo que no se iba a intervenir. En política monetaria es muy importante la regla, decir lo que se va a hacer y cumplirlo; todo lo contrario a la regla es la discreción, y cuando hay arbitrariedad en la toma de decisiones comienza a generar incertidumbre. Si hicieron algo que dijeron que no iban a hacer, es posible que mañana hagan otra cosa”, sostuvo.
“Toda esa incertidumbre a la que se suma la política, está operando en la coyuntura económica y generan una gran inestabilidad. Intervenir genera distorsiones y eso es lo que está pasando. Esas distorsiones generan otros problemas, que necesitan otras medidas y esas medidas vuelven a generar distorsiones. El gobierno espera que todo esto sea coyuntural, que la fecha de muerte de todas estas medidas ad hoc sean las elecciones, y ahí se genera la incertidumbre de qué va a hacer el gobierno después, ya sea que le vaya bien o que le vaya mal”, señaló.
Como conclusión se aventuró a decir que “en cualquier momento va a llegar un cambio de esquema y seguramente va a ser a fin de año, a partir de noviembre”.