En la víspera del Día del Boxeador, el quincho de la Cámara de Comercio fue ring de memoria, camaradería y homenaje a Julián Baeza, a 51 años de la creación de esta cofradía. Hubo presencias del Dr. Jorge ‘Koky’ Araujo y del decano de la UTN fueguina, Ing. Mario Félix Ferreyra.
Río Grande.- En la noche del sábado, y a horas del Día del Boxeador (14 de septiembre), la cofradía “Viejas Glorias del Box Fueguino” celebró sus 51 años con una velada cargada de recuerdos, abrazos y evocaciones en el quincho de la Cámara de Comercio. La reunión —organizada por Carlos Mansilla— reunió a históricos del ring y amigos de la casa. Acompañaron el diputado nacional Jorge “Koky” Araujo y el decano de la UTN-FRTDF, Ing. Mario Félix Ferreyra, entre otras personalidades.
Estuvieron presentes, además, Juan ‘Rocky’ Ravena, Luís Paylón Vargas, Ricardo Henke, Roberto ‘Robertito’ Díaz y Juan ‘Martillo’ Pérez, entre otros.
De club de barrio a identidad de ciudad
La reunión dejó otra certeza: el box fue escuela de comunidad. “Nos conocíamos todos —evocó Mansilla—; como quien iba a la cancha, nosotros íbamos al gimnasio. El boxeo nos enseñó reglas, respeto y pertenencia. Hoy hay una asociación, hay organización, y eso habla de evolución”.
Un agasajo con sabor a historia (y algunas ausencias)
“Van pasando los años y vamos quedando menos”, admitió Carlos Mansilla, con la voz entre el orgullo y la nostalgia. “Cada foto que miramos tiene un faltante. Es duro, pero lo que hicimos marcó una época: Río Grande y Tierra del Fuego se unificaban desde el box; viajábamos a Patagonia y a Chile, y ellos venían acá. Tuvimos campeones y noches que quedaron en la historia”.
A la mesa se sumaron nombres propios de esa tradición como los arriba mencionados. “Es nuestro deporte, nos marcó”, resumió Mansilla. “Hoy quedamos pocos —yo tengo 64— pero seguimos juntándonos, porque el compañerismo no se pierde”.
“El box unificó dos pueblos. Era lindo ir a pelear a Patagonia y a Chile, y verlos venir a nuestra ciudad. Eso también es identidad fueguina”, agregó Carlos Mansilla.
Julián Baeza, presente
El homenaje más sentido fue para Julián Baeza, figura muy querida en la comunidad, fallecido poco después del festejo por los 50 años. Jorge “Koky” Araujo lo recordó con afecto: “Lo extrañamos. En cada reunión estaba. Mitigamos la tristeza trayéndolo a la charla y al recuerdo”. El año pasado, la cofradía alcanzó a entregarle un diploma en vida, gesto que hoy se resignifica.
“Rocky” Ravena: señales de un repunte
“Se está levantando el boxeo acá”, aseguró Juan ‘Rocky’ Ravena. “Salen figuras que la gente sigue y me recuerda épocas pasadas. En aquellos años cualquier delegación que llegaba no sabía con qué se encontraba: había un grupo fuerte que dejaba bien parado a Río Grande, aun con la precariedad de entonces. Competíamos en serio”.
“Volvés a ver nombres que entusiasman y público que acompaña. Eso te lleva de nuevo al pasado, cuando Río Grande sorprendía arriba del ring”, agregó Ravena.
Asimismo tuvo palabras de emoción a los extintos Julián Baeza, a quien homenajearon en vida el año pasado para esta fecha, a Luís ‘Carpincho’ Mansilla y a ‘Porky’ Paredes.
“La de don Julián Baeza fue una pérdida lamentable. Justamente el año pasado, celebramos los cincuenta años, él estuvo con nosotros. Se festejó el 14 de septiembre del 2024, coincidió con el Día del Boxeador, y creo que a los pocos días falleció. Se llegó una pérdida lamentable porque, si bien es cierto, venía atravesando problemas de salud hacía rato, pero él era fuerte. No pensábamos que nos iba a abandonar tan pronto; pero el destino es así. Lo recordamos permanentemente, como así también recordamos a muchos de nuestros compañeros, como Luís ‘Carpincho’ Mansilla y ‘Porky’ Paredes, como a otros tantos”.
Nombres propios y complicidades
Además de Araujo, uno de los sostienes habituales de la cofradía, la velada contó con el acompañamiento del Ing. Mario Félix Ferreyra, “amigo de la casa” desde sus primeros años en la provincia. Entre los apellidos entrañables desfilaron también como se dijo, evocaciones a Julián Baeza, Luís ‘Carpincho’ Mansilla, ‘Porky’ Paredes y al ‘Peludo’ Hernández —quien agradeció la invitación desde Punta Arenas—, parte de una galería que mantiene la guardia en alto desde la memoria.
Cincuenta y un años después, las Viejas Glorias del Box Fueguino siguen juntándose para contar la pelea más importante: la de no olvidar. Entre anécdotas, diplomas y fotos que vuelven, el box fueguino ratificó que la camaradería y la identidad también son victorias que se celebran fuera del cuadrilátero.
Como hermanos del alma
En tanto el ingeniero Mario Ferreyra compartió que “es un gran honor y un enorme placer compartir esta cena en homenaje al Día del Boxeador y del Boxeo con verdaderos guerreros del ring de Río Grande y Tierra del Fuego. La conducta personal y deportiva de cada uno los ha transformado en auténticos caballeros de la vida”, elogió.
Observó que “a pesar de la dureza del deporte que practicaron amateur y profesionalmente, su infinito sentido de la amistad, la práctica constante de la solidaridad y sus vidas familiares, los destacan como buenas y grandes personas merecedoras de ese formidable respeto que siente nuestra comunidad por ellos. Estar juntos a ellos es sentirse libre y fuertemente agradecido de tenerlos como amigos de corazón. Como hermanos del alma”, concluyó.